sábado, 11 de noviembre de 2017

EL HILO ROJO DEL DESTINO

UNA LEYENDA JAPONESA

CÁTEDRA DE PAZ

Cuentan que, en tierras asiáticas, hace cientos de años, un emperador se enteró de que en una ciudad del reino a su cargo vivía una bruja con poderes mágicos. La mujer tenía el don especial de ver el hilo rojo del destino que une a dos personas que se aman, entonces, envió un sirviente a buscarla.


Cuando la bruja se presentó ante él, el emperador le ordenó que buscara el otro extremo del hilo que se encontraba atado a su dedo meñique y lo llevara entonces delante de quien sería su futura esposa. La bruja comenzó la búsqueda siguiendo el hilo con cuidado. Así fue como llegaron a un mercado, en donde se encontraba una pobre campesina que llevaba un bebé en brazos.

Cuando llegaron a donde estaba la campesina, la bruja paró la marcha quedando parada delante de ella y le pidió que se paré y la mire. Pidió entonces al joven emperador que se aproxime y le dijo: «aquí termina tu hilo», pero el emperador se sintió sumamente ofendido, pensó que la bruja le jugó una pesada broma. En ese momento empujó a la campesina con la bebé que llevaba y esta cayó, haciendo que la niña se lesione la frente dejando en ella una gran marca. Luego pidió a la guardia que lo acompañaba, que arresten a la bruja y la condenó a morir decapitada.



Pasaron los años, y llegó el momento en que el tiempo del emperador para llegar al matrimonio se cumplía y su corte le aconsejó casarse con la hija de un general muy acaudalado. Tomó la decisión de aceptar. El día de la boda, al momento de ver por primera vez el rostro de su esposa, la vio ingresar al templo con un velo que le cubría toda la cara. Al levantárselo, se encontró con un hermoso rostro que llevaba en la frente una extraña cicatriz.

El emperador se emocionó: Esa mujer era aquel bebé al que años atrás había agredido por culpa de su orgullo. Con lágrimas en los ojos, tocó la vieja cicatriz de la muchacha y la besó. Entre la multitud que abarrotaba el templo, distinguió a su madre, la campesina que vendía fruta en el mercado. SE acercó a ella y tomando sus manos, le pidió perdón por su vergonzoso comportamiento en el pasado.

Se casaron y fueron muy felices, pues el hilo del destino jamás se rompió entre ellos”.


Tomado de https://www.enamorando.me/el-hilo-rojo-del-destino/
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Recuerda responder la pregunta en el cuaderno de cátedra de paz: 
Cuáles fueron las actitudes del emperador? Fueron buenas?